Sentí que bajaban cada vez más las sabanas, me decidí a mirar quien hacia eso y la sorpresa me hizo estar cada vez mas decepcionada de los hombres.
-¡Ah!- grite muy fuerte pero él me tapo la boca para que no hiciera ruido, yo se la mordí, no me podía permitir que me hiciera lo que quería hacer conmigo
-¡Maldita niña! Déjate querer- si por dejarme querer era sufrir una violación nunca de los nunca me dejaría querer
Corrí lo más rápido que podía por los grandes pasillos, su maldita casa parecía como si estuviera en un cuento de terror era tétrico estar ahí. Me metí a la cocina en un pequeño hueco que había, no hice sonido alguno de que estaba ahí y aguarde, aguarde y aguarde hasta que me encontró y me jalo de los cabellos, me beso en la boca y yo solo le pude escupir, mientras el entretenía limpiándose la boca yo corrí más aprisa y por mis torpes piernas me tropecé y me disloque el tobillo, empecé a gatear y me metí a un pequeño armario que estaba en la habitación de su hijo, eso creo, pero mientras más temblaba el armario temblaba por igual.
Escuche crujir el piso y yo solo agarre mis rodillas para prepararme a lo que venía, se acercaba cada vez mas y mas hasta que…
-¿Qué haces aquí?- me dijo una voz de alguien muy enojado
-¡SCH, cállate! Me va a encontrar- le dije y lo metí también al armario.
-Pero que cara…bien ¿Qué haces en mi ropero?
-Este no es…oh lo siento ¿eres Cristian?
-Si soy yo
-Ok, no sé si decírtelo pero tu padre está loco y quiere hacer cochinadas conmigo
-No puede ser, ¿eres Alice Luna?
-Si lo soy ¿Por qué?
-Es que yo siempre he sabido que mi padre está loco pero no de esta manera, el siempre espero a que llegaran tú y tu madre aquí para bueno ya sabes
-Tu padre es un cerdo, como se atreve a querer hacer cosas indebidas con alguien de mi edad
-Está mal que mi padre haga eso, pero bueno tú no estás tan pequeña que digamos como cuantos tendrás ¿veintitreintaalgo?
-Tengo diecisiete
-No puede ser, pensé que tendrías mas, es que pareces tan mayor
-Gracias pero eso no ayuda
Después de varios segundos oímos una pisadas fuertes, yo me abrace de Cristian, tal vez fue una mala idea hacer eso, pero él me inspiraba tanta confianza. Cristian me pego más a su pecho y lo único que puede hacer fue dejarme, era tan hermoso como si estuviera en las nubes, gire mi cabeza para ver su hermosa cara y él me sonrió.
Sentí que alguien jalaba de mi chamarra y me azotaba contra el suelo, intente levantarme pero como ya tenía dislocado el tobillo no puede hacer nada solo que gritar los alto que pudiese.
-Papa, déjala en paz
-Tú no te metas Cristian o que ¿quieres compartir? – hecho una risa malévola. Era tan terrible cuando decía ese tipo de cosas, me parecía el hombre más asqueroso de todo el mundo…el mundo se queda corto, será del universo entero.
-Enserio papa, déjala o ¿quieres que te recuerde lo que paso con mi madre?
-Saber algo, no vamos a hablar de tu madre ahora ¿Ok? Esta noche tendré buffet – me jalo del cabello y yo intente zafarme.
Cristian le dio un puñetazo a su padre y yo me eche a correr, en mi transcurso me pare para observar la tétrica imagen que sucedía atrás mío y vi que Cristian luchaba con su padre, no supe si irme o quedarme pero ¿adónde me iría? No tengo a donde ir, más que en los pavimentos y eso con suerte. Me escondí en el armario que tenia “mi habitación”, alguien entro deduje que era Cristian, porque traía tenia rojos.
-¿Estás bien Alice?
Solo lo mire a los ojos y me avente hacia él para darle un abrazo de agradecimiento, el lo recibió de igual forma y me beso en la frente.
-Todo está bien amor
¿Sera que me estaba enamorando? Eso no podía ser yo nunca podría ni quería enamorarme, pero tal vez con el haría la excepción. Lo amo de una vez que lo he visto, amo sus hermosos ojos azules, amo su hermoso cabello castaño y también su valentía al enfrentarse a su propio padre por alguien como yo, una simple chica de cabello chino café, torpe, temerosa a la obscuridad, sería bueno que al menos tuviera algún don y así estaría aunque sea un poco a la altura de Cristian, porque no me debería de hacer ilusiones con él, es demasiado perfecto para mí y cero que para cualquier mujer lo seria.
-No me había dado cuenta pero creo que eres hermoso
-Creo que este pequeño show afecto un poco tu cabeza – esa no era la respuesta que esperaba – Pero Dios creo que tú también eres hermosa, tienes un hermoso cabello café chino, y adoro el color de tu piel, muy pálido por cierto, pero hermosos a la luz de la luna. Nos acercamos cada vez mas y el levanto mi barbilla y nos dimos un dulce, suave y tierno beso, era el mejor que alguien me pudo haber dado, porque todos o más bien los cuatro hombres que me habían besado había sido por la fuerza.
-Dios mío Cristian, creo que me gustas – le dije con mucha vergüenza y por el modo en que me miro pareció que me sonroje al instante.
-Bueno creo que me vas a decir loco pero creo que ya te amo, el amor a primera vista era una estupidez pero veo que me equivoque todos estos años.
-Creo que gracias – le dije mas avergonzada de lo que ya podía estar y baje mi mirada para que no notara lo sonrojada que estaba
-No bajes la cabeza, tu cara es muy hermosa para que la bajes – me dijo mientras me la levantaba y lo miraba a los ojos.
-Oye no es por quitar este emotivo momento pero es que tengo mucho miedo
-¿Miedo? ¿Por qué?
-Es que con tu padre, ¿Qué voy a hacer? No me puedo quedar aquí, pero tampoco se ha donde ir y bueno mi madre me extrañara, pero si me quedo no me creeré si le digo lo que sucedió esta noche
-No sé si quieras pero mi tía trabaja en una escuela de canto y todo eso, y pues ahí podrías refugiarte y te darán educación que es algo importante ¿no?
-¿Enserio harías eso por mi?
-Alice ¿no te diste cuenta de que yo haría todo por ti? Hasta golpear a mi propio padre
-Claro me fije ¿pero qué paso con él?
-Lo deje inconsciente
-¿Acaso estás loco? No puedes hacer eso, te mandaran a la cárcel y ya no podre verte más.
-Tranquila Alice, tu sabes que eso no pasara, el es el malo aquí y yo solo lo hice para protegerte
-Si ya lo sé, pero es que…-mire atrás de él y vi a Jonathan con una gran herida en la cabeza acercarse hacia nosotros- ¡Cristian voltea!- volteo pero ya era demasiado tarde Jonathan le había tirado un gran golpe en su cabeza y lo dejo medio inconsciente pero Cristian aun se pudo levantar y le tiro una maceta en su cabeza antes de que se acercara a mí, yo solo los veía como estúpida no sabía qué hacer, estaba muy asustada.
-Con que a ti estúpida niña de caireles, esta noche serás mía – me jalo del cabello, yo di un grito ahogado y él se rio tan terroríficamente que me entraron los escalofríos enseguida. Me solté de su poderosa fuerza y empecé a correr hasta llegar a la puerta, en ella estaban tiradas la llaves, para mi mala fortuna eran muchas y no sabía cuál era la que abriera la puerta así que intente con todas, para distraer a Jonathan le avente una maceta que estaba justo al lado de mi él se cayó del golpe. Solo me quedaba una llave, la abrí y Salí corriendo pero en ese momento me acorde de que Cristian seguía allí adentro y entre por la puerta trasera y lo vi sentado en la cama.
-Cristian, ven
-Oh Dios, pensé que no volverías y que te irías
-Yo nunca me iría sin el que me salvo la vida
Cristian tomo mi mano y nos fuimos juntos, salimos por una ventana que estaba medio abierta, pero antes de eso le deje una carta a mi mama explicándole porque me había ido y que tal vez, solo tal vez no me volvería a ver, algún día haría el intento porque no podría vivir sin mi madre.
Cristian me llevo a un teatro enorme, entramos y estaba hermoso todo estaba decorado de color dorado simulando que era oro, el piso era un gran espejo donde debajo se veía el techo que estaba decorado con pinturas de bellos ángeles, mas adelante había unas hermosas escaleras que cada vez se hacían más grandes, al subirlas se podía apreciar el teatro en toda su hermosura, tenía un gran telón rojo decorado con dorado en las orillas. Bajamos las escaleras y vimos a una persona no muy grande que lo saludaba tiernamente.
-Hijo ¿Qué haces aquí? – le pregunto la mujer
-Mira, te presento a Alice Luna, ella salió de su casa porque bueno, vivía conmigo y con Jonathan y ya sabes cómo es él cuando ve a una hermosa niña.
-¡Madre mía! ¿Ahora estas bien pequeña?
-Si señora, muchas gracias, pero la verdad estoy muy triste porque deje a mi mama y yo nunca he estado lejos de ella, mas bien no he estado separada.
-Tranquila cariño, puedes verla cuando quieras
-Pero es que no creo poder, porque ella sigue casada con Jonathan y es que ella siempre ha estado necesitada de un hombre
-Tal vez, se vuelvan a ver que espero que pase y pasen una vida juntas de amor de madre a hija
-Eso solo pasa en las novelas y mi vida prácticamente no es una novela, donde encuentro a un príncipe, me caso, encuentro a mis padres, se vuelven a unir y ahí acaba, eso no va a pasar. La vida real no consta de eso o te va bien o te va mal y en mi caso es mal y así se quedara
-Pero Alice, el amor algún día podría tocar a tu puerta – dijo Cristian
-Cristian, tu sabes que nadie querría estar con alguien que es prácticamente “huérfana”
-Yo si – me miro con sus hermosos ojos, esa era una mirada tan llena de pasión y tan dulce a la vez, a decir verdad me daba mucho miedo, porque el amor no se consigue de la noche a la mañana y con él fue así. Aunque como ya había dicho creo que me estaba enamorando de él.
-Por favor, no hablemos de esto, es que creo que aun no es el tiempo de que bueno ya sabes
-Claro comprendo, por favor dime cuando estés lista, porque yo te esperare todo el tiempo que sea necesario.
-Gracias por comprenderme
-Para eso estoy, por favor tía necesito que este aquí un largo tiempo y necesito que la cuides muy bien porque solo es una pequeña niña de porcelana.
-Claro que la cuidare, pero Cristian me puede ir mal no puedo meter gente así, deben cantar, tocar algún instrumento o algo
-Podría enseñarme a hacer algo, aunque sea fregando piso, pero por favor que no vuelva a esa casa de horror
-Tranquila, yo conozco a un gran maestro que te ensañara todo lo que sabe
-¿Quién es?
-Es un gran cantante, no que digo grande, grandísimo, y eso que no me gusta mucho la música noventera a mí me gusta la sesentera, pero él es lo máximo, se que te agradara y se llama “Michael Jackson”
-Ya sé quién es, no puede ser que me enseñe a cantar alguien como él, la mayoría de artistas no querrían hacer eso
-Es que el está en fundaciones para niños desamparados y como este es un lugar para huérfanos, le diré que seas tú la elegida
-No creo que él quiera, debe haber más necesitados
-Pues lo llamamos y que el escoja
-Y ¿el vendrá?
-Claro, el es un buen amigo mío, nos conocimos en una fundación y desde entonces somos amigos, yo le hecho varios favores, creo que es su turno
-Entonces si no hay problema, seria excelente que él me enseñe…
que o por dios pobre de Alice, me imagino lo horrible que debio haber sido eso para ella, pero wau MJ le va a enseñar a cantar *-* que padre ya quiero seguir leyendo, siguela pronto plis.
ResponderEliminarcuidate un beso
+T.K.M.+